sábado, 10 de octubre de 2009

A USTED, PRODUCTOR AGROPECUARIO


Durante toda su vida ha sido acusado, no por sus faltas, sino por sus virtudes. Ha sido odiado, no por sus equivocaciones, sino por sus logros. Se han burlado de usted por las cualidades de las que se siente más orgulloso. Lo calificaron de egoísta por haber tenido el valor de actuar según su propio juicio, y convertirse en único responsable de su vida. Lo calificaron de arrogante por su mente independiente. Lo calificaron de cruel por su inflexible integridad. De antisocial por haber poseído la visión que le permitió aventurarse por rutas todavía sin descubrir. De implacable por la férrea autodisciplina con que llevó a cabo todo. De codicioso por su poder creador de riqueza…. Usted, que produjo abundancia donde solo existían descampados y miseria, que antes de su llegada eran habitados por seres que padecían hambre, ha sido tildado de ladrón. Usted, que mantuvo con vida a esos seres, sufre al ser considerado explotador. Usted, el más puro y moral de los hombres, se ha visto desdeñado como un vulgar materialista. …
Su código moral, aquel por el que se regía pero que nunca declaró, reconoció ni defendió, es el código que preserva la existencia humana…. Si el suyo es el código de la vida, ¿cuál es el de ellos? ¿Qué valores tienen en sus raíces? ¿Cuál es su objetivo final? …. Pregúntese adonde lo conduce el código ajeno y qué le ofrece como meta final. Peor que asesinar a alguien, es convencerlo que el suicidio es una virtud. Una maldad mayor que arrojarlo a la hoguera es exigirle que lo haga por su propia voluntad, y que además, levante él mismo la pira. Según sus propias palabras, son ellos quienes lo necesitan y quienes nada pueden ofrecerle a cambio…. Usted es quien debe sustentarlos porque no pueden sobrevivir sin su ayuda….
Si viera a Atlas, el gigante que sostiene al mundo sobre sus hombros, de pié, corriéndole la sangre por su pecho, con las rodillas dobladas y los brazos temblorosos, intentando hacer acopio de sus últimas fuerzas, mientras el globo pesa más y más sobre él, ¿qué le diría que hiciera? … ¡¡¡QUE SE REBELE!!!

(Extraído de La Rebelión de Atlas, de Ayn Rand, año1957)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deje su comentario-No olivdar poner el nombre al final.